A ver, no caigamos en pánico... La última vez que Chile jugó una final de Copa América fue el '87, cuando yo apenas tenía un año de vida, y la última vez que Chile organizó una instancia como esta en suelo nacional fue el '91, y sí, cuando yo tenía unos 5 años.
Y es que pertenezco a la generación del '86 (si, sacaron bien la cuenta), un año o dos antes que nacieran muchos de los cracks que hoy brillan en la selección actual, entre ellos Arturo, Alexis y Gary.
A nosotros, los que nacimos en la última parte de la década de los '80, somos la generación a la que le contaron la historia de las grandes selecciones chilenas o la que vió el resumen de goles en la televisión de aquellos excepcionales jugadores vestidos de rojo... Y si po’, la pura verdad!... Somos la generación a la que le contaron las aventuras y desventuras de esas selecciones chilenas en mundiales y/o Copas América o, simplemente, somos aquellos cabros chicos que vieron el resumen de los goles en algún programa de televisión que recordaba los partidos de nuestra roja querida.
Y es que fíjense... A nosotros nos contaron de la selección del '55 y esa tragedia en el Nacional donde murió gente por querer ir a ver la final del Sudamericano donde jugaba la roja y que además nosotros organizamos...
Obviamente, también nos contaron y vimos uno que otro gol en el resumen de la tele de aquella roja que deslumbró en el '62 con el mítico Leonel como estandarte, acompañado de gran forma por Don Jorge Toro, Eyzaguirre, Don Eladio Rojas, el tanque Campos, el chita Cruz, Musso, Escuti y compañía… Y claramente, además nos han contado innumerables veces que aquellos hombres lograron la mayor hazaña futbolística en torneos oficiales de nuestra pequeña y humilde historia con ese tercer lugar conseguido a pulso gracias (al que nos han contado) dramático gol de Don Eladio en el minuto 90.
Luego nos contaron de la clasificación al mundial del '74 con ese partido fantasma contra la URSS, y una vez en el mundial, vimos (nuevamente en algún resumen de televisión) como debutaba la tarjeta roja en una cita planetaria precisamente con un chileno como protagonista…
En el camino y mientras tanto, nos contaron o seguíamos viendo de vez en cuando en la tele como jugaba el pollo Veliz, el gran Don Elías, el chino Caszely, Don Francisco chamaco Valdés, entre tantos más…
La Copa América del ’87 en Argentina no fue la excepción, y aunque habíamos nacido ya (algunos), nuevamente nos contaron como llegamos a la final de aquel torneo ganándole a Brasil y a Colombia (además de Venezuela)… Y, en aquella ilusionada final, nos contaron como un príncipe llamado Enzo Francescoli lideró a un equipo uruguayo que finalmente levantó la Copa en el Monumental de River.
La Copa del ’91 muchos de nosotros francamente no la recordamos, algunos dirán que ya se creían para entonces un Batistuta, Caniggia o Maradona, y porque no un Zamorano, un Pizarro, un Yañez o un Toledo… Pero la verdad es que eso también se los contó algún familiar o lo vieron en las fotos del álbum familiar…
Para ser bien sinceros, nuestras vivencias futbolísticas combinadas con esa memoria en formación comienzan a ser de mediados de los ’90… Onda, eliminatorias a Francia ’98!. Por ese entonces Zamorano ya era crack y líder indiscutido de la selección gracias a sus campañas en el Real de Valdano, pero un poco más atrás se formaba la incipiente carrera de un zurdo mágico llamado Marcelo Salas, quien por ese entonces se ganaba el cariño de los hinchas de la banda sangre, al otro lado de la cordillera (años ’96, ’97).
Aquella selección que llego a Francia constituyo los primeros sueños futboleros de muchos que anhelaban ver a Chile ser campeón de algo, y que por primera vez, no nos contaran la historia ni la viéramos por televisión en el recuento del Zoom Deportivo… Chile luchó, pero no le alcanzó contra Brasil en aquel torneo, quedando afuera en octavos (algo que ahora sabemos, se repitió unas tantas veces después)…
La Copa América del ’99 fue el último destello de aquella selección… Sin Salas, Zamorano nos llevó junto a ese gran grupo de jugadores hasta las semifinales contra Uruguay, donde perdimos en penales… Se acuerdan?... Que bajón ese!
De ahí en más, un desfile de malos entrenadores, dirigentes truchos y jugadores de dudosa calidad que llevaron a Chile a estar en los últimos lugares del continente, a pesar que Salas y Zamorano aún estaban vigentes… Un chiste don Choco, el perro verde y taaaaaaaaaantos más, o no?...
Pero bueno, así fue Chile hasta que llegó esta generación formada por el gran profe Sulantay y explotada futbolísticamente por Don Marcelo Bielsa y Don Jorge Sampaoli... Por fin una generación de cabros buena para la pelota wn! Y que no quieren que les cuenten el cuento, ellos quieren vivir la historia, ellos quieren escribirla, cambiarla a su antojo!
Por la cresta wn… Si siempre fue lo mismo! Nos contaron la historia hasta más no poder, siempre nos contaron el cuento de como jugó esta o esta otra selección, este o este otro jugador… Siempre! Y hoy, recién hoy, podemos darnos el lujo de que nadie nos cuente nada… Porque lo estamos viviendo! Por fin estamos viviendo una final continental mierda!
Pero algunos compatriotas, y principalmente la prensa, insisten en remarcarnos que Vidal chocó su Ferrari curado como piojo, persisten en que Jara cometió una incidencia anti-fútbol y en que el Pepe Rojas es más lento que el camión de la basura… Y ahora, para más remate, nos achacan con que Argentina (nuestro rival de turno en la final del sábado) ganó con aaaaaaaaamplia diferencia en la semifinal con un contundente 6-1, machacando que sólo hay 4 maneras de ganarle a los del otro lado de la cordillera, diciéndonos que apenas les hemos ganado una vez, que son casi invencibles, que tienen al mejor jugador del mundo en la actualidad, y bla, bla, bla…
Csm wn! Si Vidal ya fue judicializado por su cagada y el profe Sampaoli decidió (polémicamente o no) dejarlo en el equipo, Jara lo mismo y el Pepe con su lentitud y todo igual sacó el partido adelante! Pocos, muy pocos hablan de como juega Chile, de lo que realmente hoy importa, de fútbol…
Cabros, nosotros wn, esta generación que ha visto puros condoros en nuestra roja querida, con apenas una semifinal de Copa América y puros octavos de final en los mundiales, por fin está en una final ctm! Por fin wn!
Así que apoyemos wn, démosle aliento a este grupo de jugadores y no los achaquemos más con la historia y con sus cagadas personales, que quede fuera el pesimismo típico de nuestra idiosincrasia y webeo característico que tan mal nos hace…
Así que #VamosChileCtm! No caigamos en pánico ni en pesimismo! Vamos carajo! Que el sábado es borrón y cuenta nueva en la historia! #VamosChileMierda! Vamos que lo ganamos locoooooooooooo!
Un blog más
Tal y como dice el título, este es solo un blog más (si, otro más), pero con la diferencia que es el mio, el del flaco... Trato de escribir y opinar de todo, da lo mismo el tema, la idea es manifestarse y expresar lo que uno piensa.
miércoles, 1 de julio de 2015
Que no cunda el pánico!
viernes, 10 de octubre de 2014
Recuerdos del primer amor
Hace rato no escribía, espero hacerlo más seguido. Ya les contaré porque me perdí tanto tiempo, pero esta vez voy a escribirles sobre algo que me pasó hace algunos días.
Con algunos amigos nos juntamos, como es de costumbre, alrededor de una parrilla llena de carne y unas cuantas cervezas para conversar de lo humano y lo divino, de fútbol, política, mujeres, profesiones y quizás cuantas temáticas más que rondan en aquellas juntas de hombres, esos "Club de Toby" que hacen falta a ratos.
Pero hubo una situación en aquella noche que hasta el día de hoy ronda por mi mente. Y es que entre tanta conversación, carne asada y cervezas salió a colación el tema de las ex pololas. Claro, tema complejo porque muchos de nosotros tenemos pololeos larguísimos. Algunos llevan 7, 8, 5, o 4 años con la misma mujer de la mano, por lo tanto hablar de esto toca susceptibilidades de algunos comensales y buscan cambiar de inmediato el tema, como un niño en busca de su flotador cuando lo lanzan de golpe a la piscina. Yo no, me hice el "hombrecito" y afronté la situación, total, llevó 4 años de la mano con mi flaca y el amor que siento hacia ella es indiscutible, inmenso y total. Cuando tocó mi turno. los muchachos me hacían preguntas de algunas ex's que ellos recordaban, cosas sin relevancia mayor ni tan comprometedoras, hasta que salto uno que trató de ser más "hombrecito" que yo y me preguntó por ella, si, ella, mi primer amor.
Les confieso que hace tiempo que no pensaba en ella, no tenía porque hacerlo tampoco, hace mucho no sabía de ella y es, en gran medida, porque ella desapareció de mi órbita hace ya muchos años (o yo desaparecí de la de ella) y, tal ves, el no saber de ella había provocado en mi esa especie de "amnesia" que les suele ocurrir a varios de mi género cuando nos emparejamos y duramos tanto tiempo al lado de otra persona... Como que las ex's se olvidan, no existen o nunca existieron o, de verdad, uno quiere dejarlas en el pasado para poder vivir el presente con tu nueva pareja. Pero la verdad es que las ex's no se olvidan, esa "amnesia" selectiva en el algún momento se pasa, se cura, y uno vuelve a recordar, sobre todo, ese intenso primer amor del cual uno tanto aprendió. Eso me pasó.
La verdad es que me sorprendió que me preguntaran por ella, hace ya largos 7 años que terminó aquella relación y hace, quizás, unos 4 años apróx. que no se absolutamente nada de ella. Como sea, me armé de valentía y coraje, recordé situaciones, desempolvé aquellos sentimientos y me preparé para afrontar un tema añejo con cierta melancolía. Volaron las preguntas, y es que por primera vez los muchachos me podían escuchar hablar de esto, nunca lo hice por respeto a ella y a mi actual polola, pero la situación se dio en un ambiente de confianza absoluta en cual no habían trabas ni gritos, caras largas o llantos. Por fin pude hablar, aunque la verdad no lo había hecho por otra razón aún más profunda que las anteriores que nombré.
Al final de varias interrogantes, llegó la más difícil de contestar. "¿Por que terminaron?". Y la recordé a ella a través de esos flash que llegan a veces a la cabeza. Estaba en su plenitud, con su gallardía impenetrable y su semblante perfecto, llena de luz, sacada desde el fondo de mi corazón como aquella fotografía vieja pero hermosa que uno tanto cuida y guarda con cariño, que con el pasar del tiempo sé olvidó en algún álbum loco debajo de la cama, pero que una vez que se encuentra, se limpia para admirar. Así la recordé, así la quise. Pero a la vez surgieron esos miedos, esas inseguridades propias de mi entonces corta edad, volvieron también las discusiones, la soledad, los celos... Respondí caballerosamente, no me arriesgué en ese instante y salí airoso pero sí quedó en mi mente ese cara y sello, su sonrisa y su llanto. Hace tanto que no pensaba en eso, hace tanto que no pensaba en lo mucho que la hice sufrir.
Luego, cuando ya varios comensales se retiraron y quedamos solo un par de amigos y yo, pude comentarles sinceramente lo que había recordado. Y es que recordé esos últimos meses que estuve junto a ella, lo mal que actué y el daño que causé, las infidelidades, las horas de silencio en el mismo cuarto, los días sin vernos, mis eternos caprichos y la idiotez de ser un cabeza dura. Recordé mi inmadurez y mi falta de tomar decisiones, aquellas excusas de la universidad que nunca existieron.
Si, la culpa la había tenido yo.
Que raro era hablar de esto, pero incluso más raro era comentarlo con mis amigos y no con ella. Nunca tuve la oportunidad de conversar esto con ella. Ahora, 7 años después, volví a pensarlo. Nunca pude reconocerle mis errores. Y, aún peor, nunca pude pedirle perdón por esos errores. "Que cobarde que soy" fue mi pensamiento instantáneo. Corté el tema, ya había hablado lo suficiente.
Al rato me fui. Mientras trataba de conciliar el sueño pensé en que le diría si tuviera la oportunidad de tenerla enfrente... Y es que sé que es muy tarde, ha pasado demasiado tiempo, pero si de algo sirve (y sé que no es el medio adecuado) me gustaría decirle que lo siento, Que, en su momento, podría haber hecho y dicho cosas muy distintas. Que sepa que por ella me enfermé de amor y eso me pasó la cuenta a la larga. No supe controlarlo y terminé perdiendo a una gran mujer. Lo siento, porque en el fondo de mi corazón, nunca quise hacerle daño, nunca quise verla llorar como en aquella tarde en la que dejamos de ser pareja. Lo lamento mucho. Perdón.
Algún día espero poder decírselo. Espero que la vida me de la oportunidad de redimirme, aunque ella, tal ves, ya no lo necesite escuchar. Solo espero que esté bien, que el hombre que hoy la acompañe la haga feliz y no cometa los mismos errores que yo. Ella se merece lo mejor, porque es una de las mejores. El éxito (en todo sentido) es algo que se merece, y ella se lo merece.
Hoy, me da vueltas en la cabeza pero también sé que no hay vuelta atrás, hay que asumir y seguir adelante. Hoy tengo una gran mujer a mi lado a la cual atesoró con mi vida y, mi lealtad, preocupaciones y amor van exclusivamente hacia ella. Son 4 años en los cuales he tratado de no cometer esos fatídicos errores que me llevaron a concluir mi anterior relación, y eso se llama crecimiento, aprendizaje. Si, de mala manera y fea forma aprendí, tarde pero aprendí y eso hoy lo aplico para, tratar en algo, de hacer feliz a mi flaca. Si llevo 4 años de relación, creo que voy bien encaminado ¿o no?.
Que raro, fue una noche rara esa... Recordar tantas cosas, fue extraño. Pero hice el siguiente ejercicio: Recordé su mejor sonrisa, recordé nuestro mejor momento como pareja y recordé ese amor inmenso que sentí por ella. Luego me preparé, suspiré por última vez en honor a esos recuerdos y volví a guardar todo en mi corazón, como la vieja foto, si, esa que uno tanto atesora y guarda con cariño. Total, primer amor solo hay uno en la vida y hay que guardarlo para siempre.
viernes, 5 de septiembre de 2014
Adiós Gustavo Cerati
Si, ayer murió, ayer dejó de luchar... Si, ayer, un día cualquiera de septiembre, un día cualquiera del 2014 y sin previo aviso se nos fue Gustavo Adrián Cerati Clark (Q.E.P.D) luego de estar 4 años postrado en un coma inducido... Si, aquel muchacho que alguna vez lideró al extinto y exitoso grupo de talentosos músicos llamado Soda Stereo ya no esta entre nosotros... Si señor/a, ese chico que vestía ropa estrafalaria durante los '80, que se delineaba los ojos, que causaba histeria colectiva entre las mujeres y que encantaba los oídos de toda Latinoamérica con su particular voz grave y su afilada guitarra ha partido al más alla para unirse a un pequeño séquito de dioses músicos que son leyenda porque alguna vez tuvimos el placer que vivieran en nuestra tierra y nos deleitaran en ese corto lapso de vida con sus exquisitos acordes musicales y su inmensa creatividad literaria al momento de hacer letras.
Ese mismo Gustavo que nos acompañó con su música durante tantos y tantos años, hoy pareciera comenzar su largo camino a ser leyenda pero la verdad es que ya lo era... Su leyenda comenzó en el 2010, en Venezuela, después del que fuera su último y definitivo concierto... O tal vez comenzó cuando realizó el primer acorde de la primera canción de Soda... O lo más seguro es que haya comenzado el día de su nacimiento, cuando la Sra. Lilian (su madre) nos entregó la posibilidad de ser contemporáneos del que sería, sin dudas, uno de los mayores exponentes de la música latina, de la música argentina, de la música en versión rock en español que buscaba su sitio en la difícil década de los '80 azotada por las dictaduras militares de entonces y que pretendía hacerse un espacio cuando no existía Youtube, Facebook, Twitter o cualquier plataforma social conocida actualmente. Y es que Gustavo Cerati tuvo el mérito de crear y lanzar a la fama una infinidad de canciones en un complicado momento de una América Latina que pedía a gritos un ídolo local joven al cual seguir, entregando una vía de escape con su música frenética y desenfadada cuando reinaba el dolor y la estigmatización, la polaridad social y la pobreza humana. Hábilmente, y con un talento único, Gustavo Cerati posicionó a su banda como EL icono musical latino de los '80 y de gran parte de los '90, superando a otros grandes de esos tiempos como el gran Charlie García, Fito Paez o Los Prisioneros.
Imborrable de mi memoria se va a quedar el coro de "De Música Ligera" o el de "Persiana Americana", la melodía de "Un Misil En Mi Placard" o de "Zoom"... Y de tantas más en verdad! El ritmo de "Ella Uso Mi Cabeza Como Un Revolver", el de "Primavera 0", el de "Cuando Pase El Temblor", el de "Trátame Suavemente", el de "Prófugos", etc, etc, etc...
Por si todo lo anterior fuera poco, cuando Soda cierra el telón el '97 con su masivo concierto final y se pensaba (socialmente) que Gustavo se retiraría del circuito por algún tiempo dejando una sensación de vacío a sus seguidores y fans, lanza finalmente durante el '99 un disco en solitario que quedará grabado en la memoria colectiva por una canción maravillosa llamada "Puente"... De ahí en más, y de forma definitiva, sabíamos (a lo mejor inconscientemente) que Gustavo había alcanzado un sitial del que pocos pueden vanagloriarse porque había logrado mantenerse vigente en el tiempo, siendo capaz de evolucionar en conjunto con su música (imposible de olvidar aquel concierto sinfónico por ejemplo), no desilusionando como otros artistas y creando emblemas musicales con cada nuevo disco (como no recordar "Crimen", "Adiós" y tantas más).
Finalmente. la absoluta realidad de todo esto gente es que, te guste o no, la música de Gustavo Cerati siempre anduvo sonando por ahí, en la radio, en algún cassette, en el algún CD, en algún rincón, en el aire, mientras crecíamos, mientras envejecíamos, mientras parrandeábamos, mientras amábamos... Ya sea con Soda o como solista, esa música siempre se escuchó y se seguirá escuchando en el tiempo porque ya es parte de nuestro ADN, porque ya es parte de nuestra esencia, pero principalmente, seguirá sonando porque Gustavo Adrián Cerati Clark era, es y será leyenda de la música latina...
Ahora dormirás tranquilo, al calor de las masas... Gracias totales Gustavo!
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